19 feb 2010

Las cuerdas...

 


Se oculta bajo insinuaciones, 
se hacen presentes, 
hacen que la sangre hierva, 
que la imaginación sobrevuele la realidad, 
el instinto desata aquellas cuerdas, 
que la verdad logró amarrar.

Se pierde en la luz, 
aparece en la soledad, 
posee a la mente y la domina, 
la física pierde cualquier sentido, 
y se vuelve pasiva.

Porque una posesión me invade, 
totalmente te cubre del frío, 
hace de compañía de día y de noche, 
y suelta las riendas de la desesperación, 
pues, de colores son sus ataduras, 
ocultas en los pliegues de mi deseo, 
fugaz es su cuidado que pronto al suelo terminan, 
la blancura de una sensación, 
que pronto termina enrojecida.

Sobre la mesa se han puesto los cubiertos, 
las puertas se han abierto, 
el calor de un hogar imaginario se hace presente, 
conforme el tiempo transcurre, 
poco a poco se torna distante. 

Las ataduras siguen tiradas en el piso, 
la caminata transcurre tranquila, 
simultáneamente a la exploración, 
se escuchan crujidos y sollozos, 
sollozos que atemorizan, 
sollozos que provocan curiosidad, 
atenúan a la cordura, 
la mesa cambia de posición por sí sola, 
se voltea, de forma cambia, 
las cuerdas permanecen aún en el suelo, 
un choque de suspiros 
polos opuestos que se atraen y forman una figura, 
singular, poseedora de peculiares sensaciones. 

Derriba muros, 
pilares de blanco mármol, 
rosas que pierden sus pétalos al ritmo de la ráfaga, 
la tormenta que adora en demasía, 
a la nube que sobrevuela la pradera, 
mientras las cuerdas permanecen tiradas, 
absortas a las formas y posición al suelo, 
aquellas cuerdas que al estar ahí, 
no ataban las coyunturas de aquella madera, 
han sido extraviadas y encerradas en el recuerdo. 

Y con el fiero aroma del bosque, 
del que fue cortado aquel árbol, 
dio vida a un viejo mueble, 
que ahora se halla hecho pedazos, 
porque la sangre hierve, 
y el alma pierde contra el cuerpo, 
ahora las piezas se hallan regadas, 
no hay remedio a la destrucción, 
no hay vida, solo agobio. 

Y del cansancio que brotó de las neuronas, 
hacia el cuerpo físico.