15 sept 2010

Pergamino De Albanene.



-Ya es otoño -dice
-Se mira tan limpio el cielo...-


No podía esperar a llegar a la escuela, el otoño es una época que le provoca muchas cosas, principalmente por que siempre tuvo la suerte de hallar entre las hojas caídas, un tesoro que lo hará recordar cosas al poner sobre la tornamesa sus vinilos, siempre el otoño fue como la antesala de una serie de eventos que lo marcarían por siempre en la memoria.

    Es hoy uno de esos tantos días, casi huyendo toma las "fichas de trabajo" y emprende el trayecto, el inmisericorde metro de la ciudad, el calor después de una temporada de dos meses de lluvia intensa, que solo logró remojar y lavar la mugre de un antiguo e insignificante dolor; camina a prisa, acelera el paso, llega apresurado al edificio que se había levantado en 1964, con colores tales que asemejan a un balneario: clase de sociología, prácticas y análisis sobre la superestructura, comparaciones entre la sociedad y el sistema como un organismo, un organismo vivo, y al individuo como un integrante de los organelos de este ser; tan solo pensarlo le provoca apatía.

    Lucio se sienta, se prepara y se mentaliza para evitar caer dormido ante el dominio verbal de la profesora, en su mano yacen dos Marlboro, tendidos como cadáveres en su fardo, en la mano izquierda, empuña el cuello de la botella de "Coca", y a escondidas de los intendentes fuma el cigarro, hace tanto Sol, que entre la luz se puede distinguir el humo áspero y denso que sale de su boca, han pasado 10 minutos y solo faltan 5 de tolerancia para que el grupo completo le "dicte la tolerancia" al maestro y emprendan la huida; 4 minutos faltan, 11 minutos, 4:21 de la tarde, y de entre una multitud infame y descarriada sube ella.

    Si, ella, se llama Mónica, él la mira, apenas y con la sorpresa intenta disipar el humo con el que estaba jugueteando, es una realidad, la tardanza es su sello característico, hace Sol, y luce su piel blanca, pálida en ocasiones, la hacen ver como toda una vampiresa, vestida de suéter verde en cuello "V"; es un suéter, con una suerte de escote; pantalones entubados y botas, que aluden al sonido de Pink Floyd con "Wish You Were Here", su espíritu le arrasa y destruye como el sentimiento de "The Rain Song" de Led Zeppelin.

    Llega, pisa el último peldaño para llegar al piso 2, se cubre las manos con su cuaderno recién expulsado de la mochila, el Sol brilla intensamente, ella brilla con un fulgor cegador, pero incomodo para su ser, pues la temperatura ha hecho que sus mejillas adopten un color rojizo, Lucio siente esa extraña sensación de frío en el estomago, suda, ríe y le saluda.

    Todos miran a ese par, claro y oscuro, había algo en común, sus colores anímicos los diferenciaban, ellos adoraban la sombra, pero él es romántico, y el otoño le provoca emoción, adora ver su piel, adora ese color; ella tiene una cubierta de hielo, y por dentro un núcleo hirviendo. Ella es su devoción, ella no sabe lo que en él germina, pero ella confía únicamente en él, y lo mira y lo saluda como si dentro del grupo fueran los únicos, el se sale de su mundo, pero se interna fácilmente en este, son iguales, y tan distintos a la vez.

    La tolerancia al profesor terminó, se retiran, y a el le "vale madres" que tenga problemas con los que se decían sus amigos, y mucho menos que lleve 15 días en el grupo y lo miren tan extrañamente por ser el mas viejo del salón, y menos que lo vean pegado a ella, los dos estaban en la misma situación y se conocieron en sus atmósferas solitarias, una simple frase rompió el silencio de ese témpano de nombre Mónica. 

    Sin embargo, el sabe de su objetivo, cuál es y como tiene que llegar a él, o ella; todas las tardes se hallaron con distintas variaciones de clima, estaban en su burbuja, y él tenía las intenciones de soltar en un momento dado las palabras lo suficientemente viajadas y adecuadas, para expresarle el cariño que rápidamente fue acumulando; le acompañó a comprar un libro de Geografía Política hasta el sur de la ciudad, valiéndole un comino que ya fueran las 7:30 de la noche y que la noche se haya desplomado tan abruptamente, dentro de la librería quiso invitarle un café sin lograr una respuesta positiva a su invitación, ella inyecta miedo.


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    Tiempo después, el maestro de Política y Sociales cantó una canción, que a todos dejó atónitos, por esos días de febrero, todos estaban enamorados, Lucio comienza a sentir la molestia de la mujer morena que lo provoca, y de la dulce y adolorida que apareció para marcarlo después; claramente ve el rostro de su dama quebrarse, y observa una lagrima brotar y juguetear en sus pupilas, él se contagia de esa infección de sentimiento; el maestro sabía de los romances por los pasillos, y observó a los que miraban con devoción al suspiro de su costado.

- He visto a algunos compañeros en este mismo salón, en ocasiones sentados uno junto al otro y que en cuanto uno de ellos se descuida, comienza la otra parte a mirarlos, no se hagan... ¡Los he visto! Y por eso, les voy a cantar la siguiente canción así que les pediré que no me graben porque me daré cuenta -  

    ¿Alguien se sintió aludido por ello? Claro, probablemente había algo ahí entre sus preferidos que eran Lucio y Mónica, a quienes seguramente vio que la parte masculina no dejaba de observar cada que podía a su compañera de al lado; mientras el aire susurra su trágico advenimiento, la clase de Derecho aguardaba para castigarlos, con preguntas tan aburridas, como si fuera divertido terminar con la muñeca hinchada y los tendones entumecidos por la escritura sobre la línea que divide al Derecho Civil, del Penal y del Laboral. Ya en la biblioteca se hallan, termina el examen, es obligada la espera que realiza él para ella, como en todos los exámenes, él aguarda afuera del salón, en el pasillo siente el aire frío por sus brazos bronceados, la espera, pues en todo el año, hicieron lo mismo, siempre se esperaban al acabar el examen, ya sea para comentar sus respuestas, o para que él se deleitara con su perfume, sus ojos y el verde de su suéter.

    Con cuidado sujeta la mochila, quizás pensó que sería buen detalle y una forma de relajar su tarde si le hacía un presente a ella, el examen fue complicado y tardó toda la madrugada haciendo un pergamino hecho de papel albanene; runas, espirales, formas circulares, y unas palabras sumamente obvias, eran el sinónimo de un corazón que no hallaba la manera de exprimirse y el cual, no dejaba de sangrar; han pasado 6 meses y faltaban 3 para culminar todo.

    Simplemente la ve ir, la aborda, la sigue por el rastro de su perfume, se limita a nombrarla, le entrega el rollo, cerrado con un listón rojo, vino, que sé yo, es un color sangriento y tan pasional, en una hoja casi transparente, grabada de tinta negra, tenia distintos significados. Una semana después, la ausencia de Mónica se comenzó a hacer patente, nadie sabía de ella, menos él. El profesor de Sociales le pregunta a Lucio sobre el paradero ya que, esas faltas le estaban costando la baja de la clase y al ser el único al que se le pegaba, solo a él recurrieron para querer saber de ella; él comenzó a enviar mensajes y correos, hasta que en uno respondió, era el 2009, había epidemia y todos permanecieron encerrados por un breve periodo, ella respondió y fue el mensaje más feliz que se recibió hasta entonces, pero ahí acabó. 


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    Ahora que el tiempo transcurre, sabe que tiene una infinidad de recuerdos de ella; sabe que cada que oye a Led Zeppelin o a Pink Floyd, su memoria se vuelve una corriente de agua azul, transparente y fluorescente que lo arrastra por una gruta hacia una luz; en realidad, nunca supo ella, que la canción en ese pergamino fue inspirada, en la canción mas doliente, del cantante mas aberrante, fundido con sus sueños de tenerla en sus brazos.

    Nunca supo que "All My Love"  de Led Zeppelin le recordaba a ella, nunca supo que una tal Elena le había ofrecido el refugio en sus brazos y el calor de sus besos en una tarde de Coyoacán, y jamás supo que la rechazó pensando en ella, en Mónica; nunca supo las maravillas que creó en él, en años se había parado dentro de una biblioteca, jamás llegó a hacer la tarea tan bien como cuando por las noches se acercaban a platicar y a hacer los trabajos de Sociales urgentes para el día siguiente; nunca supo cuanto la quiso, y cuanto le duele saber que lo único que tiene de ella, es una misiva por correo.

    Ella pensaba, que Lucio no se sentía apreciado por ella, Lucio no sabia lo que Mónica guardaba en su interior; ella pensaba que no  le era suficiente lo demostrado en todo ese año, Lucio siempre tuvo en cuenta gracias a los rumores, que ella si lo tenía en mucho aprecio... El lo sabia a la perfección y con eso le bastaba.

    Lucio, se acerca al borde de la marquesina, respira el aire, mira el cielo, el ocaso, las nubes y el Sol brillando en las palmeras, adora aún mas esta época del año, por el recuerdo de ella.